viernes, 24 de marzo de 2017

R | Hermanos de sangre, de Ernst Haffner


Crítico, directo y muy descriptivo.
NOTA: 4,5/5


Hermanos de sangre es uno de esos libros que probablemente no hubiera leído si no me lo hubiesen mandado para clase y me alegro, porque me ha gustado mucho. Cuando empecé a leerlo la profesora ya nos había hablado de él y prácticamente conocía todo el argumento de la historia y todas aquellas cosas que tenía que buscar en la trama, en los detalles en los que tenía que fijarme para disfrutar más de su lectura.

Antes de entrar en materia, decir que a pesar de ser una historia escrita hace más de 80 años, censurada por los nazis y redescubierta hace poco: es un libro muy de actualidad, ya que, describe la situación de los jóvenes de un Berlín –quien dice Berlín dice cualquier otra ciudad grande– de posguerra. El desempleo, el paro juvenil, la miseria generalizada de toda la población y un sistema que no hace nada al respecto.


Ernst Haffner hace una minuciosa descripción del Berlín más humilde. Nos describe las calles, los ambientes de los bares y de los locales poco recomendables. Además, lo hace de forma crítica y con un tono de denuncia que no es de extrañar que se quisieran eliminar de la circulación este libro. Nos muestra la pobreza con la que viven los habitantes de Berlín, el desempleo masivo de la población y como las diferentes instituciones no hacen nada para cambiar la situación.

El autor se centra sobre todo en la situación de los jóvenes. Esta historia tiene varios protagonistas: Willi Kludas y Ludwig son dos de ellos, pero en menor medida también están todos los integrantes de la banda Hermanos de sangre a la que pertenecen. Esos jóvenes que pertenecen a las diferentes bandas son chicos menores de edad sin hogar que se han fugado de diferentes correccionales porque la situación allí es humillante: los tratan mal, los menosprecian e incluso los llegan a pegar; y por eso ello se escapan para buscar suerte viviendo en las calles. 
 
Pero estos chicos no pueden vivir del aire y por eso se juntan con bandas. Las bandas suponen la familia; la camaradería entre ellos substituye la familia de sangre. Muchos de ellos no es que no tengan familia, sino que sus padres no pueden mantenerlos o simplemente los tratan mal.

Para poder vivir en la gran ciudad de Berlín estos jóvenes tiene que vender sus pertenencias, prostituirse o delinquir. No hay la opción de intentar trabajar legalmente porque no tienen papeles y sus nombres figuran en las listas de prófugos de la policía por fugarse del correccional. Sin esos papeles no pueden trabajar, ni acceder a una vivienda y mucho menos pedir la ayuda por desempleo. Los Hermanos de sangre terminan delinquiendo y no quiero haceros spoiler, pero obviamente no termina bien. Willi Kludas y Ludwig son los únicos que no quieren roban para sobrevivir e intentan buscar un trabajo honrado para salir adelante. 

Me repito, pero el autor es muy crítico con la situación que describe y además lo hace con mucho detalle y sin ahorrarnos aquellos aspectos más desagradables. Me ha gustado muchísimo esta historia, realmente es como entrar a ese Berlín y unirse a los Hermanos de sangre. A mí me ha sido imposible no estar con la nariz arrugada en muchas escenas; leer todo lo que tenían que hacer para conseguir algo de dinero y ver que no tenían otra opción, que nadie se preocupaba por integrarlos en la sociedad y quienes se supone tiene que protegerlos y cuidar de ellos los menosprecian y los tachan de delincuentes incluso antes de que hayan hecho nada. Os lo recomiendo mucho si os interesa conocer la situación social de ese momento, no es un libro muy largo y seguro no os dejará indiferentes.


Hermanos de sangre nos relata la situación juvenil de un Berlín de posguerra. Ernst Haffner nos describe con todo detalle la vida de los jóvenes y todo lo que tiene que hacer para sobrevivir. Además, lo hace de forma dura, directa y muy crítica.

¿Que no es para tanto, señor comisario? ¿Qué sabrá usted de nosotros? Es para tanto, para mucho. Ahora todo se ha echado a perder. Ahora nos devolveréis al correccional. Pronto no podremos aguantar allí más…, nos escaparemos…, pasaremos otra vez hambre y terminaremos entrando en la pandilla. Trabajar, lo que se dice trabajar honradamente, no nos dejáis… No queréis más que humillarnos, encerrarnos y someternos…, pero ¿se os ha ocurrido ayudarnos y darnos apoyo? ¡No!

Un beso.


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martes, 14 de marzo de 2017

R | Palabras que nunca te dije, de María Martínez


Adictiva, divertida y con un punto dramático.
NOTA: 4/5


Confieso que tengo sentimientos encontrados con esta historia. Tenía muchas ganas de leer algo de María Martínez; he escuchado tantas maravillas de la autora, de sus historias, que yo ya estaba enamorada antes de empezar. Y las expectativas son malas en el 99% de los casos. No obstante, la historia de Sara y Jayden me ha gustado, pero no me ha gustado tanto como pensaba que me iba a gustar.

Por un lado tenemos a Sara, casada en un matrimonio que no la hace feliz y que en realidad no sé podría ni llamar matrimonio. Ella está totalmente anulada por su marido y ha terminado resignándose con lo que tiene: sin ganas, ni forma de saber como salir de esa situación. Hay que saber que Sara y Colin tienen un hijo: Daniel; que además, ella utiliza un poco de escusa para justificar su actitud –o su falta de ella– y eso hace que le sobreproteja.
Por el otro lado tenemos a Jayden, un soldado de la Armada estadounidense, pero no un soldado cualquiera sino uno que pertenece a una unidad súper secreta de los SEAL; traumatizado por un suceso del pasado que le ha hecho abandonar su vida y trasladarse a Tullia con un propósito muy claro.
Tullia es el pequeño pueblo de la Provenza donde se encuentran Sara y Jayden. Donde Sara acepta y admite su penoso matrimonio y donde empieza su transformación, su evolución a una mujer nueva que quiere cosas y que quiere luchar por ella, pero sobre todo que no se quiere seguir conformando. 
Me ha gustado mucho el mensaje que hay detrás de la novela y al que el título hace alusión: Palabras que nunca te dije. En la historia aparece textualmente esta frase y lo largo de todo el libro podemos ver que hay muchas palabras que no se dicen; tanto los dos personajes protagonistas como los secundarios. Hay que decir las cosas, hay que hablar y no callarse. Para mí este mensaje ha sido lo mejor. Además, fue un aspecto que comentamos en el club de lectura del sábado 11 y entre todas fuimos conscientes de todas aquellas palabras que nunca se decían y que eran importante que se dijeran; de lo contrario la historia podía haber sido muy diferente.

Relacionado con este aspecto también comentamos en el club la importancia de la palabra: nunca. Nunca empieza siendo algo negativo, algo que hay que ir tachando de una lista hasta que llega un momento que todos estos nunca se transforman en algo bueno, en algo positivo, en algo que los que va a unirlos para siempre.

También me ha gustado como María Martínez trata el destino. De hecho, Sara y Jayden habla de ello varias veces durante la historia; del destino como algo superior que ha entrelazado sus caminos de una forma algo macabra. Además, la autora introduce el viento y las tormentas en puntos que me parecen clave para acompañar momentos fundamentales de la trama. Un recurso muy utilizado en literatura romántica clásica donde los cambios atmosféricos acompañan el estado de ánimo de los protagonistas.

Otro aspecto que me ha encantado de la novela son los guiños a los superhéroes de Marvel y del universo DC cómics junto con alguna que otra frase mítica de las películas –de Los vengadores, si no voy mal de memoria–; que podemos relacionar con la última parte de la novela, donde la historia da un giro y se centra por unos capítulos en el trabajo de Jayden. No voy a profundizar mucho para no hacer spoiler, pero fue un momento de mucha adrenalina y tensión, aunque no me creí en ningún momento cierto suceso que quien haya leído el libro identificará perfectamente.

Y hablando de Jayden. No he terminado profundamente enamorada de él aunque no me importaría poner un Jayden en mi vida; y sin duda me he reído un momento con sus escenas, con sus salidas y ocurrencias, con su lenguaje tanto oral como corporal; sobre todo, me reí una barbaridad cuando él se encuentra escondido en la despensa.

Además, aplaudo la determinación de Sara en los últimos capítulos de la novela; donde pasa algo que le hace abrir los ojos definitivamente. No es ningún spoiler que Sara está casada y que el personaje de Jayden no es su marido. Durante toda la historia varios personajes hablan sobre la infidelidad, de hecho, aparecen varias infidelidades y de diferentes tipos en el libro y los diferentes personajes discuten sobre ello, se dan varias voces, se crea un dialogo al respecto muy interesante. Pero volviendo a la determinación de Sara me parece muy inteligente el motivo por el que decide cambiar. Sé que puede no entenderse muy bien esta reflexión mía, pero no sé muy bien como contarlo sin contar nada de la trama, pero digamos que deja a la mujer en buen lugar y la Sara que en un primer momento, era débil, cobarde y sin iniciativa resurge de sus cenizas como el ave fénix –palabras textuales de la novela– y se da cuenta que en realidad es una mujer fuerte, valiente y con ganas de luchar.

Lo que no me ha gustado tanto son las escasas tres, cuatro, semanas donde se enmarca la acción de la novela. Me ha parecido un período muy corto por todas las emociones que despiertan en los dos protagonistas, más que nada por la intensidad de estas. Entiendo la química y la tensión entre ellos, pero no lo sé: para mí ha sido poco tiempo para ir tan lejos. Aunque, hay que decir que he adorado sus momentos juntos, es imposible no enamorarse de ellos como pareja y reírse con sus cosas. Otro aspecto que también me escuece un poco es que Sara trate de amigas, de amigas de verdad, a las mujeres de Tullia que acaba de conocer.


Palabras que nunca te dije es la primera novela que leo de la autora y aunque la historia de Sara y Jayden no ha terminado de enamorarme como esperaba si que tengo ganas de leer más cosas de la autora. Esta novela tiene diálogos geniales, un personaje masculino que necesitas en tu vida y una determinación final de Sara que es de aplaudir.

Sé que me ha quedado algo larga la reseña de hoy, pero espero que os haya gustado.
Un beso.


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martes, 7 de marzo de 2017

R | El libro de los Baltimore, de Joël Dicker


Maduración, misterio y un amor –no romántico– fin límites.
NOTA: 4/5


Recuerdo la emoción de saber que Joël Dicker había sacado un nuevo libro –además estaba en Barcelona de gira– y las ganas con que empece a leerlo, pero también recuerdo que me costo mucho adentrarme en la trama. Es difícil no comparar la historia de Harry Quebert con la de los Baltimore, ya que, Marcus Goldman hace de nexo entre las dos historias; pero es un error. Sabía que iba a ser una lectura diferente en muchos aspectos, pero me costó hacerme a la idea.

El libro de los Baltimore es una historia mucho más personal. Más de personajes. En este caso Marcus nos habla de su familia; del pasado de su familia. Nos cuenta como fue su infancia, como siendo un Goldman de Montclair quería ser un Goldman de Baltimore. Nos habla de sus primos: Hillel y Woody –quienes tiene una relación tan especial y tan tormentosa a veces que me quede fascinada con ellos y el significado que le dan a la palabra fraternidad–; de Alexandra. Nos habla también del drama sin decirlos que paso, nos explica las consecuencias de ese suceso sin desvelarnos nada hasta el final de la historia.
Marcus quiere contar la historia de los Goldman de Baltimore, aunque en realidad nos está contando su propia historia a través de ellos. Podríamos decir que está deslumbrado, fascinado por ellos, por su forma de ser y su estilo de vida. De hecho, pasa tanto tiempo como puede con ellos. Desearía que fueran su familia.
Marcus, lo que hace al contarnos la historia de los Baltimore es madurar sin darse cuenta; y a pesar de que ya no es tan joven. Su entorno le hace comprender que no puede quedarse en el pasado y que tiene que dejar de rememorar esa época como si fueran los mejores años de su vida, ya que, realmente cree que fueron los mejores años de su vida. Porque su vida es ahora, porque es un escritor de éxito y hay una chica que está loca por él.

Joël Dicker intercala las diferentes historias del pasado con la historia del presente; y poco a poco vamos viendo como todo encaja. Como la tensión que se va gestando capítulo tras capítulo explota. Como todo ese mundo que ha llegado a la cima se precipita en una espectacular caída.

Confieso que fue un libro que me costó de leer. Me costó mucho entrar en la trama a pasar de haber un misterio al que se hace referencia continuamente y que no se resuelve hasta el final. No obstante, creo que fue más por mí y por el momento en que lo leí que no por la historia, ya que, Dicker me conquistó por completo con Harry Quebert y su forma de escribir es maravillosa, lo hace tan fácil. Además, su prosa me encanta y hay suspense en la trama, quieres saber que es lo que pasó, sobre todo hacia el final de la historia, pero no estaba metida en la trama. De hecho, no conseguí conectar con la historia hasta casi el final; y es una pena, porque es una historia increíble, más psicológica que la anterior y donde el autor se desmarca del fenómeno Harry Quebert y nos ofrece una historia totalmente diferente, pero conservando esos puntos de misterio y giros en la trama que conquistaron a los lectores en su anterior novela. Quiero volver a leerlo más adelante y esa vez sí espero disfrutarlo como se merece.


El libro de los Baltimore es una historia de personajes, de mucho amor y de muchos tipos, de fascinación, de éxito, pero sobre todo de fracaso y de volverse a levantar. Que os recomiendo mucho aunque yo no lo haya disfrutado al 100%. Os va a gustar si os gustas las historias de misterio, las historias de familias y de dramas familias. Y también hay un pequeño romance que le da frescura, que no sobra y que además, es importante en el desarrollo de la trama.
"Los dramas son inevitables. En el fondo no tienen tanta importancia."

¿Lo habéis leído?
Un beso.


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